Un clásico de la cocina china en Madrid. Local austero y sencillo, con una decoración de batalla, pero con muy buena cocina. La carta tiene poca variedad, pero lo que tiene es delicioso. A destacar las empanadillas a la plancha (para mi, algo obligatorio en cada visita), y la sopa de tallarines caseros. Además, los precios son baratos. 10 de 10!
Un local muy escondido y de apariencia cutre donde se respira el aire de la China de verdad. La carta no es nada amplia, un poco desorganizada y faltan todos los platos adaptados típicos de los restaurantes chinos clásicos, esto porque aquí todo es realmente chino. Es muy pequeño y está sempre lleno pero merece mucho la pena esperar para probarlo. El pan chino relleno de carne y verduras es auténtico, los tallarines fritos son excelentes y la bola de arroz con sésamo y rellena de judías dulces una delicia. El precio es muy asequible, los platos son grandes y el servicio es rapidísimo. Única nota negativa: no te dan ni vaso si no lo pides.
Restaurante chino muy conocido en Madrid. La comida está muy buena y a un precio normal (lo común en la mayoría de chinos por la zona).
El personal es bastante amable y siempre sonriente. Merece la pena ir aunque sea a conocerlo una vez.
El local es muy pequeñito y suele haber gente esperando para comer, sobre todo los fines de semana. Aun así el servicio es muy rápido, por lo que suele haber bastante movimiento de mesas.
Para llegar solo tienes que bajar las escaleras hacia el parking subterráneo de Plaza de España.
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