Comimos cocido, muy rico. Muy buen servicio y el restaurante bien decorado. Fueron 50 euros por persona. Lo peor los postres. No había nada de la carta.
Lugar con gran encanto, servicio inmejorable y comida de gran calidad.
Recomendable reservar antes de ir.
Las instalaciones son preciosas, con varios salones donde disfrutar de una velada increíble.
El servicio de camareros y el jefe de sala es exquisito: atentos, amables y cercanos en su trato. Cualquier pregunta, ellos les asesorarán y no fallarán.
Las croquetas son caseras, jugosas y gran sabor.
La chistorra estaba muy buena y acompañada de papas naturales.
Nos recomendaron un chuletón de vaca Simmental (alemana) que nos dejó sin palabras por su sabor, textura y forma de cocinarlo: estaba al punto y no se enfrió en ningún momento. La acompañamos de una ensalada de lechuga y cebolleta recomendada por el jefe de sala y fue todo un acierto.
Si vas a Madrid, recomiendo que visiten este lugar y disfruten de una experiencia gastronómica única.
Muchas gracias a todo el personal por su servicio y amabilidad.
El espacio diseñado para disfrutar de la comida. La luz, la decoración y la luz sin florituras pero acogedora, de esas que apetece comer. La comida, un homenaje. Desde el tomate a la carne o las anchoas. La tortilla, imprescindible.
La cuenta pica un poco, no es precisamente barato, aunque el producto lo vale. Volveremos a por el cocido.
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