Muy agradable la experiencia, la comida muy bien calidad y precio. Muy amables las camareras y atentas a nuestras consultas y peticiones todo el tiempo. Se nota el cambio de pasar a ser un bar mítico de copas a un sitio con mejor estilo y que puede llegar a más público.
Este local se lleva una valoración de cinco estrellas por su historia y por lo que significa en el barrio de Malasaña. Actualmente reformado y actualizado, mantiene de su antecesor las míticas lámparas y un cuadro de su fundador utilizando su famosa plancha. Actualizado lo lo que es el barrio ahora, es un lugar moderno y de diseño, donde los precios ya no son lo que eran pero sin perder del todo la esencia.
Es la primera vez que he ido y me gustó. El ambiente es estupendo y muy bonito.
La comida está muy buena aunque es verdad q no hay mucha variedad:
Burrada con tomate: muy buena cantidad de burrata y bien aliada (recomendable)
Chipirones encebollados con guarnición(estaban buenos pero diría q era lo más flojo)
Ravioles (estaban espectaculares, pensaba q la ración era escasa pero llena mucho)
Hamburguesa (carne de calidad y muy contundente)
De bebida agua, todo 50€.
Quizas lo que menos me gustó fue el trato que no fue desagradable pero tampoco muy amable.
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