David Fernandez Velasco
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Es una pasada, entras pensando en que se lo pasen bien los niños (íbamos para celebrar un cumpleaños) y no ves el momento de ponerte tu al volante y divertirte con los mayores.
Muy cuidado, monitores atentos y los niños compiten entre ellos (únicamente niños en sus carreras) y los adultos igual.
La única duda que tengo es cuando voy a volver!
Efectivamente, como centro comercial no tiene mucho, porque no hay apenas comercios abiertos, salvo la bolera, que es estupenda, y algunos restaurantes. Ahora, si valoramos todo por su potencial económico, desde luego que habría que tirarlo, como quieren hacer desde el ayto.
Sin embargo, creo que el valor de este edificio reside en otra cosa, y es que me parece una joya única de Madrid por su arquitectura. Incluso tiene un punto kitsch que lo hace todavía mejor. Estando tan vacío y abandonado aún se aprecia más la sensación de espacio extraño, casi parece generado por una IA, decadente y nostálgico al ver que seguramente muchos de los negocios cerrados llevan años y años sin abrir.
Acabarán tirándolo, como siempre, haciendo lo que les da la gana, pero están destruyendo un hito congelado en el tiempo y un lugar con muchísimo potencial. Para mí, ha merecido la pena la visita.
SI QUIERES PASAR UN RATO DIVERTIDO Y RELAX VE A LA ERMITA LO RECOMIENDO!!
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