Un buen lugar si estas de paso por Madrid, mas si sales de la estación de tren. El servicio es muy rápido, la comida es sencilla pero muy buena y el local recuerda a el típico bar de los años 90. Una muy buena experiencia si estas de paso o quieres comer algo bueno, con calma, pero que no tienes mucho rato. No hay muchas sillas algunos taburetes pero sobretodo estaras de pie.
Desayunamos en un sitio histórico por menos de 10 euros: un chocolate buenísimo,5 churros madrileños perfectamente fritos y nada grasientos,yo un mini lleno de calamar café con leche y agua con gas.
La segunda vez mi señora desayunó lo mismo y yo una baguette de ternera de Ávila con pimientos verdes fritos,además de un café con leche por sólo 14 euros.
Los camareros de toda la vida rápidos ,atentos y contando las comandas...
Para la próxima me queda probar ,su oreja a la plancha,torreznos y su tortilla con callos !!!
Volveremos!!!
Lo cierto es que valoro que los precios se mantengan razonables en un sitio tan céntrico como este. Los calamares estaban ricos y muy tiernos y tienen varias opciones más donde elegir. Lo que menos me gustó fue la higiene del local por dentro (suelos, baños etc)
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