Comida rusa casera, de la de verdad, con un giro de sofisticación y un trato cercano exquisito. Para mi es el mejor restaurante ruso en Madrid (Chueca). La carta está compuesta por algunos clásicos de la cocina rusa como el Stroganoff, los Pelmeni o los Blinis. Imprescindible hacer una cata de vodkas caseros, y además aprendí a tomarlo correctamente. Para terminar la famosa tarta Anna Pavlova, me atrevo a decir que es la mejor que he probado nunca. Local bonito y acogedor, atención al cliente excelente, las dueñas son súper amables y nos aconsejaron con los platos y los vodkas.
Muy recomendable. La comida estaba riquísima. El pastel de patata y el stroganoff estaban increíble. El borscht muy rico también
De postre imprescindible probar el syrniki.
Tras repetir otro par de veces he de decir que este restaurante es espectacular. La calidad con la que cocinan los platos es excelente. Todos los platos que he probado me han gustado mucho
Local pequeño y muy acogedor, atendido por personas que ponen todo su mimo en cocinar platos exquisitos y en hacerte sentir como en casa. No sabíamos mucho sobre la gastronomía rusa y nos recomendaron muy bien, además de que estuvieron en todo momento pendientes de que no nos faltara de nada.
La comida es estupenda. Platos diferenciadores, que no habíamos probado nunca pero nos dejaron con ganas de más. No tengo ninguna duda de que a partir de ahora iremos aquí cuando nos apetezca comida rusa.
A mí me fascinaron los blinis, que consisten en una especie de crepes enrollados; y los pelmeni stroganoff, que son unas empanadillas de ternera. Para catar diferentes sabores, recomiendo pedir también los mini sandwiches con varios ahumados distintos y, si os gustan los sabores fuertes, los encurtidos tradicionales rusos.
Tened en cuenta que son platos abundantes. Mi pareja y yo pedimos los cuatro platos mencionados y acabamos MUY llenos. Nos hubiera gustado probar los postres, pero nos fue imposible. Lo dejamos para la próxima ;)
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